Hay varias formas de preparar té negro. A continuación se presentan dos variantes para probar en casa.
La primera variante es la más famosa.
Llevar a ebullición unos 250 ml de agua. Una vez que el agua hierva, apáguelo y vierta el agua en un vaso o tetera. Luego agregue aproximadamente 2 gramos de té y déjelo reposar durante unos minutos, dependiendo de qué tan fuerte le guste el té. Luego filtra las hojas de té con un colador.
La segunda variante es principalmente para personas a las que les gusta el té fuerte.
Llevar a ebullición unos 250 ml de agua en una cacerola pequeña. Una vez que el agua hierva, agregue aproximadamente dos gramos de té de hojas sueltas y deje que el agua continúe hirviendo a una intensidad baja a media durante otros 3 minutos.
Después de tres minutos, cierre el agua y revuelva el té una vez. Después de esto, tapa la cacerola y deja reposar el té por otros dos minutos. A continuación, puede verter el té en un vaso y filtrar las hojas de té sueltas con un colador.
Debido a que el té tiene un sabor muy fuerte y, a veces, un poco amargo, a algunas personas les gusta agregar azúcar (de caña sin refinar).
Esto depende totalmente de usted para decidir.